Las costillas maceradas con limón, mostaza y vino, pasarán al horno, dando lugar a un delicioso asado, que mejorará notablemente con la salsa de queso.
Para cocinar las costillas al roquefort, lo que primero haremos será partir los costillares en trozos grandes. Echamos la carne en un bol grande, le echamos sal, el zumo de limón, el aceite, 1 vaso de agua, el vino y la mostaza. Se frotan bien los trozos de carne en el líquido y dejamos macerar durante al menos 1 hora.
Transcurrido el tiempo de maceración, cogemos la fuente en la que vamos a cocinar las costillas al roquefort, e introducimos la carne (con el líquido). Metemos esto en el horno precalentado a 200ºC y dejamos que se hagan durante 20 ó 25 minutos (dependiendo de cómo nos gusten, haremos el cerdo más o menos tiempo). Durante el tiempo de horneado, regaremos la carne con los jugos del fondo.
A continuación, emplatamos la carne y la servimos regada con la salsa de queso. Así completaremos el plato de costillas al roquefort.
Foto orientativa: jasuca
Riquísimos triangulitos de hojaldre rellenos de queso roquefort. Un aperitivo que desaparecerá en unos minutos. Delicioso.
Un rico costillar al horno previamente macerado con ajo, limón, aceite de oliva y tomillo, y pintado con una fina capa de miel. ¿Alguien da más?
Lo mejor de esta receta de costillas de cerdo es que no agregamos ningun aporte calórico extra, por lo que obtenemos una carne limpia y exquisita.
La zanahoria es un ingrediente que combina a la perfección con las costillas de cerdo, por lo que obtendremos un plato con una guarnición perfecta.
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